Entre 1901 y 1930 se construye el nuevo Hospital de la Santa Creu y Sant Pau en el Eixample, gracias a la generosidad de Pau Gil y Serra que deja un legado  e instrucciones concisas al antiguo Hospital de Santa Creu para la construcción de un nuevo hospital que reuniese todos los avances de la época. El proyecto es encargado al prestigioso arquitecto modernista barcelonés Lluís Domènec y Montaner, quién se inspiró en las más avanzadas tendencias europeas en sanidad, higiene y urbanismo de la época para crear un revolucionario diseño  a modo de ciudad-jardín. El hospital concebido en trece pabellones  separados según las diversas especialidades médicas y  comunicados por un entramado de pasillos subterráneos, aplica conceptos de iluminación, ventilación y decoración capaces de conseguir un revolucionario modelo hospitalario, humano, moderno, funcional y estético, que lo han convertido, aún hasta nuestros días, en un hospital singular y único en el mundo. El hospital es finalmente inaugurado por el rey Alfonso XXIII en 1930.

A pesar de que no se logró construir todo el proyecto original, la notoriedad del mismo fue reconocida con diversos premios y  con el nombramiento como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1997.

En el 2009 se trasladó la actividad sanitaria al nuevo Hospital situado en la esquina de las calles Mas Casanovas i Sant Quintí, iniciándose la remodelación del recinto histórico para acoger a las instituciones y entidades internacionales que trabajan en proyectos relacionados con la capitalidad mediterránea. Un nuevo proyecto capaz de impulsar la vocación internacional de Barcelona y de promover sus vínculos con la cultura, la formación, la ciencia, la innovación, el desarrollo y la cooperación.