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El calor y sus efectos en el cuerpo

Miércoles 13 Mayo 2015

Con la subida de las temperaturas aparece una sensación de hinchazón en manos, piernas, tobillos y abdomen. Se trata de la retención de líquidos. En este blog te explicamos qué es y cómo combatirla. 

Este año parece que el verano ha llegado antes de lo previsto. Los termómetros han empezado a poner de manifiesto la subida de las temperaturas, las playas han comenzado a llenarse… Y nosotras nos sentimos, otra vez, hinchadas. Pero no se trata de haber ganado peso de manera instantánea: lo que ha ocurrido es que ha aparecido la retención de líquidos.
 
En Gaudí Comerç queremos que seáis capaces de poner una solución saludable a estos pequeños contratiempos y, por eso, vamos a empezar por hablar de lo que es la retención de líquidos. Se trata de un trastorno metabólico que se basa en la acumulación de agua y/o otras sustancias en el organismo. Las zonas más afectadas suelen ser las piernas, los tobillos, las manos y el abdomen y la causa es un desequilibrio en los líquidos. Para ser más exactos: los vasos sanguíneos vacían demasiados líquidos en ciertos tejidos corporales o los líquidos se retienen en dichos tejidos y no vuelven a los vasos sanguíneos. También puede pasar cuando los vasos linfáticos son incapaces de transportar parte de los líquidos sobrantes.
 
Y, a parte del calor, ¿cuáles son las causas? Lógicamente, la dieta que llevamos influye en esta materia. La sal es uno de los principales enemigos para los propensos a retener líquidos por su contenido en sodio. Por su parte, los desequilibrios en la dieta también son responsables de este trastorno. Debemos asegurar que consumimos la cantidad diaria recomendada de todos los nutrientes, sobre todo de vitaminas, minerales y proteínas. La ingesta de agua también es un factor determinante en la retención. El cuerpo, ante un consumo insuficiente de agua, tiende a retener líquidos. Pero, no obstante, es también perjudicial consumir un exceso de agua por los problemas que puede provocar, por ejemplo, en los riñones. Otros factores que influyen en la retención de líquidos son el sedentarismo, algunos fármacos, el sobrepeso y el ciclo menstrual, la edad o la menopausia.
 
Soluciones
Lo fundamental es comenzar por aumentar la ingesta de agua hasta 1,5 litros diarios, aumentar el ejercicio físico caminando diariamente entre 30 y 45 minutos para facilitar el trabajo de los riñones y aumentar el sudor y, finalmente, pasar por una reeducación alimentaria que nos haga llevar una alimentación equilibrada.
 
Los alimentos más aconsejables son los ricos en potasio. El potasio es un mineral que permite mantener el equilibrio hídrico de nuestro organismo e influye directamente en la presión arterial y el ritmo cardíaco. Los alimentos ricos en potasio son, por ejemplo, las fresas, las alcachofas, el germen de trigo, los plátanos, las acelgas, las coles de bruselas, el melón, el tomate, pescados y mariscos (merluza, bacalao, salmón o langosta, entre otros), los productos lácteos como la leche y el yogur y la carne (cordero, pavo, pollo o ternera).
 
Un estilo de vida
Pese a poner parches a la retención de líquidos, lo verdaderamente recomendable es aprovechar que tenemos a nuestro alcance la dieta mediterránea y cambiar nuestro estilo de vida. Cualquier actividad física, desde andar hasta la más intensa que podáis imaginar, combinada con una alimentación variada y saludable nos permitirá prevenir la aparición de retención de líquidos, el aumento de peso o enfermedades cardiovasculares y digestivas. Os recomendamos el Cub Claror Cartagena en el barrio para la práctica deportiva y su blog para que aumentéis los conocimientos en todas las temáticas relacionadas con la salud. 

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